¿Tiene
algo que ver el culo con las témporas, la gimnasia con la magnesia
o la velocidad con el tocino?. Evidentemente nada, pues dichas frases
fueron acuñadas en su día por el pueblo para reprender confusiones
ajenas, cuando alguien mezclaba cosas que nada tenían que ver unas
con otras ni pertenecían a un mismo entorno lingüístico; en suma,
que no sabían lo que estaban diciendo, que confundían los
términos, los conceptos, los juicios...
Y es que
para Dª Irene Montero (1),
diputada de Unidos Podemos, que en una conferencia de prensa habló
de portavoces y portavozas, el uso de la palabreja
'portavoza' es una forma de avanzar en la igualdad
entre hombres y mujeres; o,
siempre en su opinión,
una forma de dar mayor visibilidad a las mujeres
en su lucha por la igualdad de derechos con los hombres. En
definitiva, un modo diferente de ver la cuestión, por supuesto
obviamente matizable (palabro que cita uno a propósito, aun
cuando el término no aparezca en el diccionario de la RAE), por
cuanto no cabe duda de que existen otras formas y maneras de luchar
contra la desigualdad que la de hacerlo a través del lenguaje, que
es sacar las cosas fuera de contexto, o de mear fuera del tiesto
para decirlo de forma más vulgar, como haría cualquier izquierdoso
(o izquierdosa) de turno. Y, puesto que se trata de jugar con las
vocales, como ha expresado muy bien el periodista D. Carlos Herrera,
a lo mejor ella no es un cargo público, sino una carga pública.
Según
Dª Irene Montero
(o Dª Irena
Montera, que
iría más en consonancia
con su criterio
femnistoide), lo
que diga la Real Academia Española es lo de menos porque esta
no es el mejor ejemplo en la lucha por la igualdad.
Y, es importante, ha
precisado, que la mujeres hagamos un esfuerzo por
desdoblar el lenguaje y de utilizarlo de forma inclusiva,
enmarcando
su nueva palabra en la obligación de
los políticos y las políticas
(forma muy propia de hablar
de los líderes
de izquierdas, claro está)
de luchar por la igualdad.
Me disculparán si no utilizo palabras que no son de la
máxima corrección según la RAE y el portavoz del Gobierno,
(quien,
como ministro de Educación,
Cultura y Deporte no ha
tenido más remedio que criticarla con razón), ha
señalado para justificar su
postura.
Es curioso,
sin embargo, observar que la palabra 'femenino' en
concreto pertenece al género masculino, lo cual en principio puede
resultar una contradicción. Por lo tanto, a partir de ahora lo
normal sería decir la génera femenina (y no el
género femenino), si es que las palabras terminadas con
la vocal 'a' necesariamente hay que
identificarlas como referidas a la mujer. ¿Y portavoz? ¿a
qué género pertenece? Porque no hay que ser muy sagaz para saber
que 'voz', el término base del que proviene
aquel (el otro, el verbo 'portar', es indudable que
carece de género de momento, aunque todo pueda andarse con el
tiempo) es claramente femenino (o femenina). Así, de
forma un tanto irónica
el prestigioso escritor D. Juan Manuel de Prada ha
dicho que, si la palabra
'voz' es
femenina, 'portavoz'
habría que dejarla tal cual
para el género femenino,
debiéndose en
todo caso cambiar 'portavozo'
para el masculino, lo cual a
criterio de un servidor sería
mucho más acorde con
teorías tan
peregrinas.
Como
era
lógico suponer,
la
Sra.
Montero, aparte
de contar con el apoyo de su compañero sentimental y jefe de
militancia política D.
Pablo Iglesias,
ha encontrado una
fiel
aliada
en Dª
Adriana
Lastra (2),
la actual vicesecretaria general del PSOE y mano derecha de su propio
líder
D.
Pedro
Sánchez, que
se ha sumado a la defensa del uso de la palabra "portavoza",
a pesar de que el sustantivo 'voz'
sea
en sí mismo femenino y no tenga correspondiente masculino; y ha
apuntado que su
empleo no
le parece mal, igual que no
me pareció mal la expresión 'miembros y miembras',
la
que en
el
año 2008
usara
Dª
Bibiana
Aído, la
entonces ministra
socialista de Igualdad. En
ese sentido no es
de extrañar que
haya manifestado,
refriéndose a
Dª Margarita
Robles (3),
que
yo a
mi 'portavoza'
la llamo 'portavoza'.
Esta
última ha
tenido al menos la
habilidad y el
acierto de precisar que el
lenguaje es importante, pero que más importantes son los hechos,
pues de lo que
se trata es avanzar en
las políticas de igualdad.
Antes
que ellas, la
exesposa
del expresidente del gobierno
D. Felipe González (uno
ha hecho
abstracción adrede de la
expresión exmujer
para
evitar pueda ser
tildado
de machista,
habida cuenta de que
la preposición 'de',
en la acepción de la RAE,
denota idea de posesión o pertenencia),
cuando era diputada
por el PSOE en Cádiz popularizó los términos jóvenes y
jóvenas, quizás
tratando de ser políticamente correcta más que
la corrección política y más feminista que el feminismo;
y eso que Dª Carmen Romero
es
licenciada
universitaria (4)
y había ejercido, al
parecer, como profesora
agregada de instituto en materia de Lengua y Literatura. (A
lo mejor hay que convenir
que lo del maestro Ciruela no ha dejado jamás de tener actualidad,
aunque suene un tanto estrambótico).
La
RAE considera
que los
desdoblamientos del lenguaje
a los que se ha hecho referencia son artificiosos e
innecesarios desde el punto de vista lingüístico.
Para los académicos de la Lengua la actual
tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma
masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje
y se funda en razones extralingüísticas,
motivo por el cual
la Academia considera que deben de evitarse tales
repeticiones, que generan dificultades
sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la
redacción y lectura de los textos.
Como
conclusión, en fin, el comentarista se va a permitir traer a
colación aquí las palabras que el Gran Wyoming dirigió a la
periodista Sandra Sabatés en el programa El Intermedio,
cuando esta comentó la noticia (la misma que ha dado pie a un
servidor para elaborar el presente comentario), porque resumen muy
bien, aunque sea en tono hiperbólico y en clave de humor, la
cuestión planteada: “Parece mentira
y mentiro que hayas estudiado periodismo y periodisma. Ponte la pilas
y los pilos; hay que actualizar el idiomo y la idioma al dos mil
diezciocho y diezciocha”. Sin
duda alguna, genial.
(1)
Licenciada en Psicología por
la Universidad de Madrid, tiene un máster en Psicología
por la misma Universidad.
(2)
Estudió Antropología
Social, pero no acabó la
carrera ni se le reconoce
actividad laboral fuera de la
política.
(3)
Exmagistrada del Tribunal
Supremo y cesada por incompatibilidad, es portavoz (o portvoza)
del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados.
(4)
Licenciada
en Filosofía y Letras por la
Universidad de Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario