En
una reciente visita colectiva a la antigua colegiata de Antequera me
preguntaba un compañero de viaje por el significado o por el origen
del término colegiata, –que tampoco conocían los guías
que nos acompañaban–, circunstancia que le dio idea a un servidor
para pergeñar un pequeño comentario acerca de cuál es en sí la
diferencia teórica entre una catedral, una seo, una basílica o una
colegiata.
Obviamente se imponía acudir
al diccionario de la
RAE –manías que
tiene uno–
para saber qué es lo
que establece nuestro léxico al respecto. Y
en concreto:
De
catedral
(que etimológicamente
procede de cáthedra
o asiento
elevado, desde donde el maestro da lección a los discípulo)
dice que es la
iglesia principal en que el obispo, con su cabildo,
tiene su sede o cátedra. Habría
que matizar obviamente que tienen o tuvieron,
porque existen catedrales, como puede ser la de Baeza
(Jaén), que
no disponen de sede episcopal. También
existe la denominación de concatedral
para
las
iglesias
unidas
a la
de la sede histórica de la misma diócesis, caso
en
Andalucía de
la de Baza
(Granada),
que
tampoco la tiene.
La
definición de colegiata
(que proviene de collegiata, terminación femenina de
collegiatus, que significa perteneciente a un colegio)
es la de aquella iglesia que, no siendo sede propia del
arzobispo u obispo, se compone de abad y canónigos seculares, y en
ella se celebran los oficios divinos como en las catedrales.
En
cuanto a basílica (que originariamente tiene su raíz en basilica
o edificio
público) precisa
que es la
iglesia notable por su antigüedad o magnificencia o por los
cultos que en ella se celebran, o que goza de ciertos privilegios, a
semejanza de las basílicas romanas. (En Roma existen trece,
siete mayores y seis menores, que, al considerarse como las primeras
de la cristiandad en categoría, gozan de determinados privilegios).
Y de
seo (palabra que nace del término catalán y aragonés
seu, que a su vez deriva del latino sedes y
desemboca en el español asiento) lo único que hace es
remitirse a la entrada catedral, por ser vocablo usado
mayormente en Aragón y Cataluña.
Al
margen de lo anterior, un servidor ha
tenido la curiosidad de bucear
en la división
territorial del
sistema diocesano de la Iglesia
católica en España;
y se ha
encontrado con
que el país
se divide
en 69
diócesis,
de las que 14
son
archidiócesis.
Estas
últimas, excepción
hecha de la Santiago de Compostela
en A
Coruña, (la cual
no cuenta
con sede episcopal alguna),
se
localizan en las
capitales
de provincia de
Badajoz (que
comparte nomen
con Mérida),
Barcelona,
Burgos,
Granada, Madrid,
Oviedo, Pamplona
(que comparte
titularidad
con
Tudela), Sevilla,
Tarragona,
Toledo, Valencia,
Valladolid y Zaragoza. Asimismo
existe el
Arzobispado
Castrense de España, con
sede en Madrid. (Los
actuales prelados de Madrid, Valencia y Valladolid son también
cardenales, lo cual no supone que tales
sedes
lleven anejas dicha dignidad).
Las
diócesis que
se ubican en capitales de provincia son la
de
Albacete, Almería,
Ávila, Bilbao (Vizcaya),
Las Palmas (Canarias),
Ciudad Real, Córdoba,
Cuenca, Girona, Huelva,
Huesca, Jaén, León, Lleida,
Lugo, Málaga, Ourense,
Oviedo, Palencia, Salamanca, San Sebastián
(Guipúzcoa),
Santander (Cantabria),
Segovia, Tenerife (aunque
situada
en Santa
Cruz de la Laguna), Vitoria (Álava)
y Zamora.
Hay
diócesis que
radican en
capitales de provincia, pero compartiendo nombre
con otras ciudades; y
son
Alicante con
Orihuela, Cáceres
con
Coria, Cádiz con
Ceuta, Castellón con
Segorbe, Guadalajara con
Sigüenza, Logroño (La
Rioja) con
Calahorra y La Calzada,
y
Teruel con
Albarracín. (El
caso de Osma-Soria
es
singular, porque compartiendo nombre con la capital, tiene su sede en
El Burgo de Osma).
Constituyen
otras
diócesis, si
bien no localizadas en capitales
de
provincia, las de
Sant Feliu de Llobregat, Terrassa y
Vic en la de
Barcelona,
Plasencia en
la de Cáceres,
Jerez de la Frontera
en la de
Cádiz,
Guadix en la de
Granada,
Barbastro-Monzón
y Jaca
en
la de Huesca,
Ibiza y
Menorca en Ia
de Baleares,
Astorga en
la de León,
Solsona y Urgell en
la de Lleida,
Mondoñedo-Ferrol en
la de Lugo,
Alcalá de Henares y
Getafe en la de
Madrid,
Ciudad Rodrigo en
la de Salamanca,
Tortosa
en la de Tarragona
y Tarazona
en la de Zaragoza.
Es decir,
que,
haciendo un
recuento de las diócesis y archidiócesis existentes
en España,
es
curioso
comprobar
que hay
tres
capitales
de provincia que nominalmente
no
disponen de
sede episcopal, ni propia ni compartida con
ninguna otra población; tales
son,
aparte de
la
anteriormente
mencionada
A
Coruña (pues
en esta provincia gallega tan solo existe la que se
ubica en
Compostela), las
de Murcia y
Pontevedra, cuyas
titularidades
respectivas
se
correponden con las de
Cartagena y
Tui-Vigo,
aunque
en el caso
de la primera la
sede radica en la propia capital,
no así la
segunda que se sitúa en Vigo.
Y
un doble dato a considerar, por último, es
que el
titular de la diócesis de Urgell,
(que también es
copríncipe
de Andorra),
por
concesión papal
tiene el
título de Arzobispo “ad personam”; y las diócesis de Osma
y Plasencia
no se encuentran a cargo de un obispo, sino de un administrador
diocesano.
Los
anteriores datos han sido tomados de la CEE.
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