La
gramática y la ortografía
son
ciencias que estudian el lenguaje, bien
es verdad que
bajo
aspectos diferentes.
Porque,
si
la
primera lo
hace desde el punto de vista de la estructura de una lengua y de las
diversas formas en que ha de organizarse cada
unidad lingüística
en la oración, la
segunda se
limita a establecer ciertas
normas
para escribir correctamente las
palabras, pero sin analizar sus
funciones en
una determinada frase o enunciado; no en balde
orto-
como prefijo (o afijo que va antepuesto a la raíz) significa recto
o correcto,
cual ocurre por ejemplo en los términos ortodoncia,
ortodoxia o
en
el de la
propia
ortografía.
Pues
bien. Estos días ha dado bastante
que
hablar en los medios de comunicación la
prueba ortográfica
a que fueron
sometidos
los aspirantes a ingresar
en la escala
básica del Cuerpo
Nacional de Policía, que
finalmente tuvo que ser anulada por el Ministerio del Interior ante
las quejas recibidas de los aspirantes y a instancias
del
SUP
(Sindicato
Unificado de Policía, mayoritario en el cuerpo),
por cuanto, en opinión de este, dicha prueba
no
evaluaba el nivel de competencia de los alumnos, ya
que la
selección de palabras del examen incluía términos que jamás se
utilizan en la labor policial y
algunas
están
totalmente
en desuso, reservadas en todo caso
a eruditos; o
incluso más, diría uno,
cual
es fácil comprobarlo al final de este comentario. En
efecto,
la prueba ciertamente
consistía en corregir en el plazo de ocho minutos qué palabras de
un listado de cien estaban bien escritas y cuáles no. No
se indica en la reseña cuántas palabrejas
había que acertar
para superar el examen, pero un
servidor asegura
que él no lo habría conseguido.
¿Y
usted lo habría logrado?
La
cuestión no
estribaba
en saber si una determinada palabra se escribía con
be o
con uve,
con con
ge
o con jota,
con
ka o
con
qu,
con
hache
o sin ella, si debía
o
no llevar
tilde,
o
si le faltaba o le sobraba una letra;
no, la
cuestión era saber cómo está escrita la susodicha palabra en el
diccionario de la RAE. Así
en
concreto,
de
los 28 supuestos errores que había
(que
uno no va a señalar aquí, que lo haga
quienquiera
ad
libitum)
cinco
de ellos lo eran porque tenían que estar escritos en
cursiva
(así como suena)
al ser voces de otros idiomas;
pero
“eccehomo”,
por
ejemplo,
que
aparecía transcrito tal
cual,
no
lo era en cambio, a
pesar de ser un vocablo compuesto claramente de los términos
latinos ecce
y homo.
En otros casos podemos
decir que las
preguntas
estaban
formuladas con
mala uva,
bien
porque
el
vocablo admite
una u otra forma (casos
de cóctel
y
coctel u ocapi y okapi),
bien
porque se
trata
de
palabras
homófonas
u
homónimas que tienen distinto significado pero
grafía diferente,
como
ápodo
y
apodo,
aun
y
aún,
colera y
cólera,
chacha
y
chachá,
ocupar y okupar o
revólver
y revolver. Y
en el colmo del dislate estaba el supuesto de adsorber
y absorbible, por
cuanto los verbos
adsorber y
absorber
están
recogidos ambos en el diccionario con un matiz definitorio casi
imperceptible, a saber: en
física y química,
dicho
de un cuerpo, atraer
y retener en su superficie moléculas o iones de otro cuerpo, por
lo que respecta al primero; y,
en cuanto
al segundo en su
primer acepción,
dicho
de una sustancia sólida o de un líquido, atraer
y retener, respectivamente, un líquido o un gas o vapor.
¡Sencillamente
genial!
Las
palabras, colocadas por orden alfabético, que
no
en el que se pusieron en el examen, (hagan
juego, señores), en definitiva
fueron estas:
Abecé, Absceso, Absorbible, Abuso, Acetunado, Acosigar, Adsorber, Alitosis, Almóndiga, Angosto, Apartheid, Apepsia, Ápodo, Apotegma, Aquiscencia, Aruñar, Aun, Aupa, Avabol, Azúa, Babucha, Bacallao, Bago, Bastetano, Berraco, Bes, Bienafortunado, Biquini, Bracmán, Bribión, Bróculi, Bum, Buniato, Byte, Cabaré, Cádaba, Cafelito, Carriño, Cascabel, Cayado, CD-ROM, Centígramo, Cerebración, Chachá, Chachachá, Champurrear, Cián, Cíngaro, Claraboya, Coctel, Colera, Conexivo, Converger, Damnificado, Decimoctavo, Desbarar, Diciente, Duunvirato, Ecatombe, Eccehomo, Enhebrar, Entreveer, Entreverar, Envudo, Euskara, Giva, Incubar, Líbido, Maléolo, Malhechor, Nailon, Neófito, Ocapi, Okupar, Ostión, Pábulo, Palacanca, Paparazzi, Posventa, Quincuagésimo, Rediós, Regocijar, Rehuir, Rehumático, Reivindicar, Remake, Revolver, Rocanrol Sáncrito, Sinvergüenzón, Soliviantar, Spot, Sumerjir, Unción, Vanal, Váter, Ventiuno, Yerbajo, Yuyo y Zarcillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario