Pues
uno, fiel
a
sus
consabidas manías,
quiere
continuar
erre
que erre dando
matraca
con el tema del mal
hablar
o del mal decir
(que
no
maldecir
obviamente),
porque
vamos de mal en peor, bien es verdad que en esta
ocasión la cosa tiene menor importancia por venir de quien viene,
un don
nadie
en el terreno de la lingüística
cual
es
el general venezolano Vladimir Padrino (1).
Y es que este siniestro personaje (pues,
formando
parte como
forma
del
régimen de Nicolás
Maduro,
no puede
ser considerado de otra manera) se ha encargado de proclamar,
siendo
lo de menos el motivo y el momento en que lo ha hecho,
que los
soldados y soldadas
estamos
felices
porque hay elecciones en Venezuela. Vamos,
algo parecido a lo de
aquel
palabro, (miembra
en
concreto),
que
en julio del 2008 hiciera
famosa a la
entonces
poco
conocida política del PSOE y luego
responsable
del desaparecido
ministerio que
presidiera sin
pena ni gloria,
salvo
por la
polémica que
suscitó
en
medios políticos y sociales a
causa de
una malentendida defensa
de la igualdad
de sexos, que no de género como un servidor
sigue
defendiendo
hasta
la saciedad por
otra
de
sus querencias
maniáticas.
En
el
presente comentario uno
va
a
aludir precisamente
a
aquellas palabras que designan grados de la escala militar, haciendo
abstracción de los nombres de profesiones (hasta
hace poco sustantivos comunes respecto
al género, casos
de
abogado,
arquitecto, ingeniero, médico,
etc., o hasta
juez,
que por
su terminación sigue
siendo común
en cuanto al género, pero cuyo
uso específico femenino 'jueza'
se
usa también incluso en el nivel culto)
por
haberse referido a
ellos
en una
ocasión anterior.
(Por
cierto, a
propósito de la
dicotomía
juez
o jueza,
en el caso de la mujer que ejerce como tal el
comentarista tiene que
decantarse
por la segunda opción, por
parecerle
bastante más lógica y coherente al
estar ya
dicho
término admitido
por la RAE, lo
cual no quiere
decir
en modo alguno que la primera alternativa
no
sea igualmente
correcta).
En
todo caso, acerca del meollo de la cuestión que aquí ahora
interesa, y
siempre
al decir del Diccionario Panhispánico de Dudas, los
nombres que designan grados de la escala militar funcionan como
comunes, independientemente
de su terminación, como
el/la cabo,
el/la brigada, el/la teniente, el/la brigadier, el/la capitán, el/la
coronel o
el/la alférez. (Ni
que decir tiene que el
llamado en
la actualidad
determinante definido
o indefinido (2),
y antaño artículo
determinado
o
indeterminado,
es
el
que ha
de anteponerse a cualquiera de ellos
para establecer
el
género correspondiente).
Y,
respecto
a soldado,
cuya
definición es
la
de persona
que sirve en un ejército,
dice
el
mismo
DPD
que
es común en cuanto al género (lo
mismo señala acerca
de sargento),
así
como que no
existe con este sentido el femenino soldada
(3),
o
que
no es
normal el
femenino sargenta.
Sin
embargo, en el caso de
capitán/na
señala
que con
el sentido general de ‘persona que capitanea o dirige un grupo o
una nave’ se usa normalmente como sustantivo de dos terminaciones,
una para cada género, algo
que no deja de ser curioso porque
añade
que, cuando
designa específicamente el grado de la escala militar inmediatamente
inferior al de comandante, puede usarse también el femenino
capitana, aunque
lo normal es que
funcione como común en cuanto al género. En
el caso de
teniente,
cuando alude a
la persona que
ejerce el cargo o ministerio de otra y es sustituta suya o
como oficial
de graduación inmediatamente superior al alférez e inferior al
capitán, se usa
más el masculino para
referirse al femenino. Por
otra parte, hay
que tener presente que
algunas
de las
mencionadas
palabras,
en
femenino (casos de brigadiera,
capitana, coronela,
generala o
tenienta, a
la que hay que añadir la de sargenta)
coloquialmente
hablando
pueden ser las
mujeres
de los correlativos
grados
militares masculinos, bien
es cierto que la
propia RAE admite que los
cuatro
últimos son poco usados. Y
finalmente, salvo brigadiera,
las
demás son palabras polisémicas,
o
sea, que
tienen una pluralidad de significados.
Así
por ejemplo, capitana
es aplicable
también, como
sustantivo y como adjetivo,
a la
nave
en que va embarcado y arbola su insignia el jefe de una escuadra;
coronela
es
palabra susceptible de ser
empleada
como adjetivo con la
acepción
de perteneciente
o relativo al coronel y, aplicado a bandera, se usa tanto
como adjetivo como sustantivo femenino;
generala
puede significar
toque
de tambor, corneta o clarín para que las fuerzas de una guarnición
o campo se pongan sobre las armas, al
igual que en
Argentina y Bolivia advocación de la Virgen reconocida con el grado
militar de general; tenienta
como
adjetivo se
dice de la
fruta no
madura, de
la legumbre
mal cocida o dura,
como
adjetivo coloquial
algo sordo o
tardo en el sentido del oído
e igualmente como adjetivo, aunque poco usado, miserable
y escaso; y,
por último, sargenta
como
sustantivo es predicable de
la religiosa
lega de la Orden de Santiago y
de la alabarda que llevaba el sargento.
(1) Actual
Ministro
de Defensa,
también ocupa el cargo de Comandante Estratégico Operacional de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, siendo designado para este cargo
por el presidente Nicolás
Maduro, aun cuando ya
Hugo Chávez lo nombró segundo comandante del ejército (tras él
mismo) y jefe del Estado
Mayor de la institución.
(2) Entre
ellos el diccionario de
la RAE incluye, además,
los determinantes demostrativos,
los exclamativos,
los interrogativos,
los posesivos
y
los relativos.
(3) Sí está
admitido como sueldo, salario o estipendio, o como haber
del soldado.
.
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