Ahora que está tan de moda lo
de distribuir los cargos en las instituciones a partes iguales entre
varones y féminas, por aquello de la mal llamada en opinión de un
servidor igualdad de género (porque conviene recordar una
vez más que los seres vivos tenemos sexo y no género, en tanto que
en las palabras sucede a la inversa), uno ha querido parar la
atención en la faceta de las personas que desempeñan en los
ayuntamientos el puesto de lugarteniente, que sí es nombre
común en cuanto al género, a diferencia de teniente/ta,
que curiosamente no siempre lo es. (No olvidemos que
nombre común en cuanto al género es aquel
que no altera su morfología para señalar el género gramatical,
sino que lo muestra mediante la concordancia con determinantes,
adjetivos o pronombres,
como
en el estudiante aplicado o la estudiante aplicada).
En la
Corporación de Málaga, por ejemplo, concretamente existen diez
concejales con la categoría de tenientes de alcalde, distribuidos
entre hombre y mujeres al cincuenta por ciento. De ahí que la
pregunta surja de inmediato: ¿Deben denominarse las féminas que
detentan tales cargos tenientes, o tenientas, de alcalde?
Pues semejante cuestión, aparentemente baladí pero que en realidad
lo es menos desde el punto de vista lingüístico, es la que ha
llevado a un servidor a pergeñar el presente comentario. Y es más,
en el caso de que la persona que rigiera los destinos de un
ayuntamiento fuera una mujer, o sea una alcaldesa, ¿sería
correcto llamar a su sustituta
la teniente, o la
tenienta, de alcaldesa?
Según
la Fundación del Español Urgente o Fundéu BBVA (que es una
institución surgida
en febrero del 2005,
sorprendentemente en Madrid por lo del nombre en català,
fruto del acuerdo y
participación equitativa en su constitución por
el banco BBVA
y
la agencia EFE, que tiene como principal objetivo velar
por el buen uso del idioma español en los medios de comunicación,
especialmente en los informativos, y que cuenta con el asesoramiento
de la Real Academia Española,
cuyo director don Darío Villanueva es al mismo tiempo presidente de
dicha Fundación), tal
como se deduce de la información contenida en la vigesimotercera
edición del Diccionario académico, los femeninos “alcaldesa
y tenienta” son
correctos, añadiendo
que, si
la persona que preside el municipio es un hombre, el cargo para
referirse a la mujer
que desempeña diferentes tareas en nombre del alcalde sería “la
teniente de alcalde
o la
tenienta de alcalde”;
y
concluye que en
el caso de que quien presida el municipio sea una mujer, se pueden
emplear las formas
“teniente
de alcalde y
tenienta
de alcaldesa”,
gramaticalmente válidas, aunque se han venido usando la formas
fosilizadas “la
teniente de alcalde”
y, más recientemente, “la
tenienta de alcalde”,
ambas correctas.
Sin
embargo, el comentarista no
comparte del todo la tesis
anteriormente expuesta, al
menos a la luz de las normas
que va dictando
la propia RAE, con
cuyas decisiones uno
es totalmente respetuoso
(como es público y notorio a
la vista de los comentarios que va publicando en su blog), no
obstante algunos de los
académicos que
conforman la Institución,
caso del sr. Pérez Reverte, hagan caso omiso a las
decisiones de
aquella (sin tilde, claro
está, don Arturo, a
pesar de ser pronombre), cosa
que no deja de ser un tanto
incoherente
por razones obvias. En
efecto, si nos vamos a la
versión
electrónica del diccionario
de la lengua española, podemos
comprobar que del vocablo
teniente/ta se recogen
hasta ocho
acepciones, en dos
de las cuales,
concretamente la 6” y la 7ª
(haciendo abstracción de las cinco primeras porque las considera
como adjetivos y de la última
porque, aunque coloquial y poco usado,
siempre es femenino por referirse a
la mujer del teniente),
se dice:
6) Persona que ejerce el cargo o ministerio de otra,
y es sustituta suya; y
7) Oficial de graduación inmediatamente superior al alférez e
inferior al capitán. Y al respecto precisa que las entradas 6
y 7 (recordemos que la 6ª es la que aquí interesa) para el
femenino es usada más
la de teniente.
Pero es que, a mayor
abundamiento, el Diccionario Panhispánico de Dudas señala que
independientemente de su terminación, funcionan como
comunes los nombres que designan grados de la escala militar,
citando el caso de el/la teniente,
lo cual por analogía afectaría al caso que no ocupa.
Ergo
la cuestión no está tan clara,
por mucho que
lo diga
la Fundéu
BBVA.
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