martes, 23 de abril de 2019

SINO NO ES LO MISMO QUE SI NO

  El 17 de abril de 2019 falleció en Málaga, ciudad en la que había nacido hacía 91 años don Manuel Porras Alcántara, más conocido como Manuel Alcántara. Y este comentarista ha querido consignar adrede su nombre completo, porque este no figuraba (de forma incomprensible, que todo hay que decirlo) en ninguna de las seis esquelas que aparecieron el día siguiente, un fatídico Jueves Santo de ese año, en el diario SUR, del que fue columnista desde el 1 de junio de 1989, es decir, cerca de seis lustros, o lo que es lo mismo, escribiendo todos los días de lunes a domingo durante casi tres décadas. Por lo tanto, si a eso añadimos que ya venía haciendo lo propio treinta años atrás, ello significa que a lo largo de sesenta anualidades pudo escribir, al decir de SUR, en torno a los 20.000 artículos, que evidentemente no está nada mal. Por cierto, en algún comentario de prensa se ha titulado sobre él con gracejo (el mismo de que hacía alarde nuestro ilustre poeta y escritor) que boxeaba día a día frente a las palabras, algo que cuadra muy bien con su afición por el pugilismo, porque uno, que ya tiene sus añitos, lo recuerda escribiendo en el periódico MARCA sobre el deporte de las doce cuerdas o del cuadrilátero, del que dicen que Ignacio Ara fue un auténtico catedrático.

  Un servidor ha tenido ahora el enorme placer y la inmensa fruición de releer 18 de los artículos de don Manuel Alcántara gracias al trabajo y al esfuerzo de otro gran escritor,  también colaborador de SUR, cual es .don Pablo Aranda. Y ha querido parar mientes en uno de ellos (el número 13, que bajo el título 'Órdenes de captura' parece ser que apareció publicado en el citado diario el 23 de diciembre de 2016), porque le ha llamado la atención una frase un tanto sorprendente en un autor tan estupendo y admirable, aparte de tan prolífico; de hecho estaba considerado como maestro de maestros periodistas. Y, a pesar de carecer de título universitario (1), como poeta y escritor recibió innumerables premios y distinciones, cuya relación sería prácticamente imposible relacionar en el reducido espacio de este comentario. Uno se atreve a decir sin ambages y sin miedo a caer en lo hiperbólico, que, a su modo de ver, ha sido el mejor comentarista de prensa escrita, de artículos de opinión breves eso sí, por encima de otros escritores de reconocida fama y prestigio, caso del desaparecido don Camilo José Cela (2), o del todavía vivo don Antonio Gala (3) por hacer alusión a solo dos de los más conocidos en el mundo del periodismo.

  Hay que apresurarse a decir que en el citado artículo destaca una vez más, como no podía ser de otro modo, ese juego de palabras y esa fina ironía, a veces mordaz, de que siempre hacia gala el que es hijo predilecto de Málaga y su provincia (4). Así, por ejemplo, en él se podían leer cosas como estas: 'Cuando las cosas no pueden solucionarse de otra manera, siempre queda un recurso último, resolverlas con dinero'; 'el atacante del mercadillo navideño al parecer era un tunecino y, por lo tanto, un sospechoso'; 'él hospedaba una sola idea en su cabeza, encarcelada por un turbante disfrazado de pañuelo'; 'cómo atrapar a los malos si son más que los buenos'; 'los más pesimistas, entre los que yo no me encuentro, para que no me encuentren ellos, creen que el mundo no tiene arreglo, pero ignoran quién lo desarregló';o 'hay que reintegrar los millones que cobraron algunos de más y otros de menos', etc..

  La frase en cuestión, y a la que un servidor hacía referencia, forma parte de una oración más amplia, cuyo texto reza así: “La banca está negociando en España cómo devolver la cláusula suelo, que tiembla bajo nuestros pies y que ya no sabemos dónde ponerlos ni para qué los queremos, sino es para huir”. Y es que, salvo que se trate de un error de transcripción, para este humilde comentarista la expresión correcta sería 'si no es para huir' o, en todo caso, 'sino para huir' sin más; nunca 'sino es para huir'. No podemos olvidar que 'sino' (haciendo abstracción de que dicho término funciona, igualmente, cual es bien sabido, como sustantivo con el sentido de 'hado', o 'en la tradición clásica fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre los dioses, los hombres, y los sucesos' (5), y también 'fuerza desconocida que actúa sobre las personas y determina el desarrollo de los acontecimientos) es una conjunción adversativa que se escribe como una sola palabra y que se usa, principalmente, para contraponer un concepto a otro, cual en la oración 'No estudia, sino que trabaja', en tanto que 'si no' lo que hace es introducir una oración condicional negativa, caso de 'Nunca aprobará, si no estudia'.

  Desde luego es bastante frecuente leer en los medios de comunicación grafías equivocadas como 'Se habrían autorizado las obras, sino hubiera intervenido el juez', o 'El secretario no fue expulsado, si no que dimitió'; porque debió haberse escrito 'Si no hubiera intervenido el juez¡. o ' sino que dimitió'. Y, dicho sea de paso, una forma sencilla de saber cuándo debe escribirse 'si no' en vez de 'sino' es si, al intercalar entre '' y 'no' cualquier otro elemento, no se pierde el sentido de la expresión. En caso de haber escrito, por ejemplo, 'Si (el juez) no hubiera intervenido'. . ., no se habría modificado ni un ápice el significado de lo que se había querido decir. Y, en la frase de marras, en la que podría decirse 'Si (alguien) no lo hace para huir', vemos que aquel tampoco habría cambiado.


(1) Con 18 años entró en la universidad de Madrid para estudiar Derecho, pero dejó inacabada la carrera.
(2) Camilo José Cela y Trulock nació en la parroquia coruñesa de Iria Flavia (Padrón), inició la carrera de Medicina (que no terminó) y murió en Madrid el 17 de enero de 2002 con 85 años.
(3) Nacido en 1930 en el municipio ciudadrealeño de Brazatortas, su nombre completo, según consta en alguna biografía, es el de Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos. Es Licenciado en Derecho, así como en Filosofía y Letras, por Universidad de Sevilla y en Ciencias Políticas y Económicas por la de Madrid. Reside a ratos en Córdoba y en el pueblo de Alhaurín el Grande de Málaga, ciudad de la que es hijo adoptivo mediante título otorgado en febrero del año 2015.
(4) Fue nombrado por la Corporación Municipal y la Diputación Provincial en 1979 y 1999, respectivamente.
(5) Primera acepción del término en el diccionario de la RAE.

viernes, 19 de abril de 2019

¿QUERER HACER O QUERER PODER?

  Que en política, y por supuesto en los políticos, vale todo no debe de extrañarnos nada a estas alturas de la película, lo cual es algo que huelga decir porque es de sobra conocido; y, por ende, se hace innecesario apostillar muy poco más al respecto. Ello no obstante, un servidor no puede por menos de hacerse eco con este comentario a una noticia que lo ha dejado nuevamente perplejo, si es que ya cabe quedarse así con estas cosas. Porque resulta que algún medio local de comunicación ha publicado el dato de que Dª María Victoria Romero Pérez (más conocida como Mariví Romero por su años de concejala en el Ayuntamiento de Málaga bajo los mandatos de doña Celia Villalobos y don Francisco de la Torre, donde ostentó responsabilidades en el Área de Bienestar Social, aparte de ser portavoz del grupo municipal al que representaba) aspira en las próximas elecciones del mes de mayo de 2019 a ser alcaldesa por las siglas del PP en Almogía, localidad con la que no tiene vinculación ninguna, según ha destacado el mismo periódico. Y ella ha afirmado que “afronta con ilusión este reto que le ha pedido su partido” (y se ha quedado, eso sí, tan pancha), añadiendo que “es una experiencia nueva y bonita”, así como que he estado en una gran ciudad y ahora voy a un pequeño municipio en el que espero aportar mi experiencia”. Uno desde luego lo que tiene bien claro es que, si fuera almogiense o almogiano, seguro que no la votaría, por muy mal que lo haya hecho D. Cristóbal Torreblanca, su rival por el PSOE y aspirante otra vez a revalidar la Alcaldía en la que lleva de manera ininterrumpida 36 años, lo que sitúa a este pueblo malagueño de algo más de tres mil habitantes como uno de los feudos socialistas en la provincia (ocho ediles frente a los tres del PP) y que revela de forma evidente, a juicio de sus propios paisanos, que no lo ha debido hacer tan mal del todo.

  Un servidor no ha entendido jamás que alguien que reside en Pontevedra, por ejemplo, pueda ser diputado o senador por Almería o por cualquiera otra ciudad distinta de aquella en la que vive; o a la inversa, por citar dos localidades asaz distantes entre sí, si no ha estado nunca en una de ellas ni de visita, por mucho que la Ley Electoral (1) no lo prohíba expresamente, que a lo mejor debiera hacerlo. Pero todavía lo entiende menos, por razones obvias que no hace falta ni siquiera reseñar, en el caso de una villa o un pueblo más bien pequeño. Porque el comentarista se pregunta de inmediato si no será más bien, aun admitiendo excelentes propósitos en quien aspira a regir los destinos de esa villa o ese pueblo (cosa que evidentemente está por ver), que no haya en el fondo de sus intenciones cierto afán de protagonismo, cuando no de seguir figurando en primera línea aunque sea en menor escala. Y es que a uno le ha venido a la memoria, como no podía ser de otro modo, algo que aprendió en sus tiempos de seminarista, refiriéndose en concreto a aquel texto, tomado literalmente de la primera epístola del apóstol san Juan, de que todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la vanagloria de la vida (concupiscentia carnis, concupiscentia oculorum ac superbia vitae), no procede del Padre, sino del mundo (1 Jn 2.16). Porque, de acuerdo con la etimología del término, 'concupiscencia' (proveniente del verbo latino 'cupere' y reforzado con el prefijo 'con', que significa 'desear, anhelar, estar apasionado por') en la moral católica hace alusión a la propensión natural del ser humano (que no la persona humana (2), como suele decirse erróneamente con mucha frecuencia por tantos y tantos oradores y articulistas, por ser un auténtico pleonasmo), y sea este hombre o mujer (que en esto no hay diferencia que valga entre la igualmente mal llamada también diferencia de género, sobre la cual uno no quiere incidir) por mantener un afán desmedido y desenfrenado por el sexo, por el poder y/o por el dinero, pues todo en la vida parece que, en efecto, lo ciframos lamentablemente en tales necesidades o ambiciones, olvidando que existen otros valores superiores, al margen de que se sea creyente o no. Y, puesto que en Semana Santa estamos y acabamos de dejar atrás la Cuaresma, tampoco está mal hacer alusión a que la Iglesia católica nos recuerda a los cristianos en el Evangelio del primer domingo de dicho tiempo litúrgico que una de las tentaciones de que por parte del maligno fue objeto Jesucristo (ese Ser maravilloso y extraordinario, que por estas fechas recordamos todos los años en la mayoría de los pueblos y ciudades de España, cuya divinidad tristemente se pone hoy día en entredicho por bastantes laicistas y a veces se duda hasta de su existencia como personaje histórico, lo cual roza ya el colmo del dislate) hace referencia a una de ellas, la del afán de poder, cuando el diablo lo llevó a un monte muy alto y mostrándole todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, le dijo: “Todo esto te daré si, postrándote, me adorares” (3). (Haec omnia tibi dabo, si cadens, adoraveris me).



(1) Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General
(2) Según el diccionario de la RAE en su primera acepción, es el individuo de la especie humana.
(3) Mt. 4. 8-9.  

¿HEMOS O HABEMOS?

  En una reunión de amigos y compañeros hace muy pocas fechas (había féminas también, pero uno se niega a decir 'amigas y compañeras', a pesar de D. Pedro Sánchez y sus adláteres izquierdosos de turno) un servidor dijo que “Hemos estado un número determinado de personas”, ocurriéndosele a renglón seguido la idea de preguntar ('las cosas de Paco Botín', que podría añadirse y no vendría mal al caso) si sería correcto haber dicho que 'habemos estado', a lo que alguien del grupo contestó que el empleo de 'habemos' como auxiliar del verbo 'haber' no lo sería, aunque sí en el sentido de 'somos', lo cual le dio pie a uno a pergeñar el presente comentario sobre el tema para su blog, pues hace algunos meses que este permanecía callado o inactivo.

  Cuando in illo tempore uno estudiaba Gramática, hace ya tantos años que ya ni siquiera se acuerda (no que 'no quiera acordarse', como le pasara a don Miguel de Cervantes), efectivamente la primera persona del plural del presente de indicativo del verbo ¡haber' era 'hemos o habemos'; de hecho un servidor conserva una Enciclopedia de aquellos tiempos en la que realmente figura de esa manera. Pero ahora, cuando se consulta vía Internet la edición del diccionario de la RAE, es perfectamente constatable que la segunda de las formas citadas ha desaparecido de la conjugación de dicho verbo. Y, si nos vamos al Diccionario Panhispánico de Dudas, en él se indica que la primera persona del plural del presente de indicativo del verbo 'haber' es 'hemos', y no la arcaica 'habemos', cuyo uso en la formación de los tiempos compuestos de la conjugación es hoy un vulgarismo propio del habla popular, por ello no debe decirse, por ejemplo,Habemos visto a tu hermano”, sino “Hemos visto a tu hermano”. Y añade el DPD que debe evitarse el uso de 'habemos' con el sentido de ‘somos o estamos’, puesto que el verbo 'haber', cuando se emplea para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, es impersonal y, como tal, se usa solo (1) en tercera persona del singular, como en las frases Hay pocos solteros en el pueblo” oHabía tres personas en la habitación”. Es decir, según precisa la RAE, si quien habla desea incluirse en la referencia, no debe emplear el verbo 'haber' en primera persona del plural, cual se hace a veces en el habla popular, recurriendo para el presente de indicativo a la forma 'habemos'. No debe decirseHabemos pocos solteros en el pueblo”, o “Habemos tres personas en la habitación”; debe decirseSomos pocos solteros en el puebloo “Estamos tres personas en la habitación”. Solo (1) es normal hoy en la lengua culta, al decir de la RAE, el uso de 'habemos' en el caso de la locución coloquial 'habérselas con alguien o algo'; solo (1) en ese caso está vigente y es correcto el uso de la forma 'habemos' para la primera persona del plural, caso de la oración “Nos las habemos con un verdadero profesional”(Casares Lexicografía [Esp. 1950]). Por lo tanto, es evidente que el empleo de 'habemos' debe evitarse en el habla culta. Y, por la misma razón, tampoco se considera correcto el uso de la forma 'hubieron' cuando el verbo 'haber' se emplea con dicho valor de impersonal porque, como tal, carece de sujeto. (el elemento nominal que aparece junto al verbo es complemento directo) y ha de usarse siempre en tercera persona del singular. Son, pues, incorrectas oraciones como Hubieron muchos voluntarios” o “Hubieron muchos problemas”; ha de decirse Hubo muchos voluntarios” o “Hubo muchos problemas”
 
  Por cierto, y como cosa curiosa, en la actualidad el imperativo del verbo haber es: He/habe, (tú/vos), haya (usted), habed (vosotros/vosotras), hayan (ustedes); y antiguamente las formas de dicho tiempo eran: he tú, haya él, hayamos nosotros, habed vosotros, hayan ellos. Y el comentarista tiene que reconocer que siempre le llamó la atención que tres de aquellas primigenias formas del imperativo ('haya, hayamos y hayan') coincidieran con otras tantas del presente de subjuntivo. En las añejas enciclopedias y catones de la época se venía a decir que el imperativo presenta la acción en forma de mandato, ruego, exhortación, etc., como en las frasesGuardad silencioo Tomad el chocolate'; y lo mismo sigue diciendo hoy día el diccionario de la RAE. Del modo de subjuntivo, en cambio, antiguamente se decía que sus tiempos expresaban la significación del verbo como posible y dependiendo de otro verbo, como en “Deseo que vengas” oDudo que llegues”; hoy día dice el diccionario de la RAE que con él se marca lo expresado por el predicado como información virtual, inespecífica, no verificada o no experimentada, que uno duda si aclara algo al respecto. 
 
 Y, puesto que el comentarista aludió antes al Presidente del Gobierno, no estaría tampoco de más recordar, respecto al empleo de la palabra 'decreto ley', (por aquello de haber salido tanto a colación con motivo de la campaña electoral, igual que en esa precampaña (2) que nos hemos inventado entre todos y que, por ende, es de discutible legalidad), que en plural debe decirse 'decretos-leyes' y no 'decretos-ley', como es frecuente oír decir a bastantes periodistas y contertulios de postín, Y es que, según la Fundación del Español Urgente (3), con cita textual a las explicaciones del Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE, el plural de esta combinación léxica es 'decretos leyes' (por cierto, añade que debe escribirse en minúscula y preferiblemente sin guion, bien es verdad que en la Constitución figura con él en su art. 86), ya que el segundo elemento funciona como atributo del primero, concuerda con él y debe tomar una 'ese'.


(1) Transcrito tal cual, sin tilde, en el Diccionario de la RAE, no obstante el Sr. Pérez Reverte, de cuya Institución forma parte como académico, en sus artículos sigue escribiendo con ella el adverbio 'solo'. 
(2) Al margen de que la palabra ni se recoge en el Diccionario de la RAE, en la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, no se habla del concepto en ningún momento. 
(3) La Fundación del Español Urgente o Fundéu BBVA fue creada en febrero de 2005 a partir del Departamento de Español Urgente de la Agencia EFE, fruto del acuerdo y participación equitativa en su constitución del BBVA y la Agencia EFE.