lunes, 13 de marzo de 2017

CONTRAATACAR, SÍ; CONTRAGOLPEAR, NO

 En cualquier retransmisión televisiva de un partido de fútbol (hay semanas que, para bien o para mal, tenemos todos los días) no es infrecuente oír que el comentarista de turno utiliza el verbo contraatacar o contragolpear para referirse a la misma acción, el segundo de los cuales no es correcto (el primero, en cambio, sí lo es), ya que de momento no está admitido por la RAE. Tal circunstancia ha llevado a un servidor a bucear en el diccionario, habiéndose encontrado con una cantidad ingente de verbos que empiezan con el prefijo contra-, si bien no todos ellos se componen del citado prefijo y de otro verbo. Entre los citados, definiciones incluidas, están los siguientes:

- contraatacar, o contratacar: (de “contra” y “atacar) contrarrestar el avance del enemigo, del rival o del equipo contrario, pasando a la ofensiva;
- contrabalancear: (de “contra y “balancear) operar con la balanza hasta lograr el equilibrio de los dos platillos;
- contrabatir: (de “contra” y “batir”) en milicia, tirar contra las baterías;
- contrahacer: (de “contra” y “hacer”) hacer una copia de una cosa, tan parecida a esta que apenas se distingan una de otra;
- contraindicar: (de “contra” e “indicar”) señalar como perjudicial en ciertos casos determinado remedio, alimento o acción;
- contramarchar: (de “contra” y marchar”) en milicia, hacer contramarcha;
- contramatarse: (de “contra” ymatar) en Panamá, caerse y golpearse con violencia;
- contraminar: (de “contra” y “minar”) penetrar o averiguar lo que alguien quiere hacer, y poner los medios para que no consiga su intento;
- contrapear: (de “contra” y “apear) en carpintería, aplicar unas piezas de madera contra otras, de manera que sus fibras estén cruzadas;
- contrapelear: (aunque es voz ya en desuso, de “contra” y “pelear”) defenderse peleando;
- contrapesar: (de “contra” ypesar) servir de contrapeso a algo;
- contrapugnar: (de “contra” y “pugnar) dicho de una cosa, lidiar, combatir con otra;
- contrarrestar: (del latín “contra” y “restāre = resistir) hacer frente y oposición a algo;
- contravalar: (del latín “contra” y “vallāre” = fortificar) construir por el frente del ejército que sitia una plaza una línea fortificada, que llaman de contravalación, y es semejante a la que se construye por la retaguardia, la línea de circunvalación.

  Por contra, y nunca mejor dicho en esta ocasión, hay otra serie de verbos que empiezan de igual forma, si bien (siempre al decir de la RAE) no tienen la misma etimología. Algunos de ellos deben su ascendencia, cómo no, al latín; pero de la mayor parte no se indica nada, aun cuando lo lógico es que procedan del sustantivo que sirve de base al verbo sin el prefijo:  bando, malla, marca, sello, seña, etc., y no al revés. Y esta es la nómina:

- contrabandear: ejercitar el contrabando;
- contradecir: (del latín “contradicĕre= contradecir) dicho de una persona, decir lo contrario de lo que otra afirma, o negar lo que da por cierto;
- contraer: (del latíncontrahĕre= concentrar) estrechar, juntar algo con otra cosa;
- contrafacer: (voz ya en desuso) contrahacer o contravenir;
- contrafallar: en algunos juegos de naipes, poner un triunfo superior al que había jugado quien falló antes;
- contraír: (aunque voz ya en desuso, del latíncontraīre= resisitir) oponerse, ir en contra;
- contrallar: (aunque voz ya en desuso, del latíncontrariāre= oponerse) contrariar o contradecir.
- contralorear: antiguamente dicho de un contralor, (que en el cuerpo de artillería y en los hospitales del Ejército era el interventor en la cuenta y razón de los caudales y efectos), poner su aprobación, o refrendar los despachos de su oficio;
- contramallar: hacer contramallas;
- contramandar: ordenar lo contrario de lo mandado anteriormente;
- contramarcar: poner contramarca;
- contrapasar: pasarse al bando contrario;
- contraponer: (del latíncontraponĕre= poner en contra) comparar o cotejar algo con otra cosa contraria o diversa;
- contrapuntarse: picarse o resentirse;
- contrapuntear: cantar de contrapunto;
- contrapunzar: (derivado regresivo de punzón) remachar con el contrapunzón;
- contrariar: (de contrario) contradecir a alguien, resistir sus intenciones y propósitos, procurar que no se cumplan;
- contrasellar: poner un contrasello;
- contraseñar: poner una contraseña a algo;
- contrastar: (del latín tardío “contrastāre” = contrastar) ensayar o comprobar y fijar la ley, peso y valor de las monedas o de otros objetos de oro o plata, y sellar estos últimos con la marca del contraste cuando ejecuta la operación el perito oficial;
- contratar: (del latín “contractāre= contratar) pactar, convenir, comerciar, hacer contratos o contratas de un trabajo;
- contravenir: (del latín “contravenīre= infringir) obrar en contra de lo que está mandado.
 Como dato curioso, es de significar que contrapar o contrapoder, por ejemplo, no son verbos sino sustantivos. El primero, término propio de la arquitectura, es el cabrio (o especie de madero utilizado en la construcción) de la armadura del tejado; y el segundo, es el poder que intenta contrarrestar al poder establecido. Y es de destacar también que, hasta la XXII edición del diccionario, la RAE incluía el verbo contrapechar, (pues en la actualidad ya no aparece), que definía como dicho de un jinete, en los torneos y justas hacer que su caballo dé con los pechos en los que monta su contrario.

  Y ya está bien, ¡contra!

lunes, 6 de marzo de 2017

AHORA HE APRENDIDO ORTOGRAFÍA

  Centrándonos ahora tan solo en las palabras que supuestamente eran erróneas en la prueba a que fueron sometidos los aspirantes a policía, (y a la que uno hacía referencia en el comentario anterior), estas en concreto eran las siguientes, agrupadas en diferentes apartados:
 
- Las que debían escribirse con uve en vez de con be, o viceversa, eran la de berraco, giva, envudo, vanal y desbarar; empero esta última, (como desvarar claro), o bien es un término ya en desuso con el sentido de resbalar, o bien es propia de la Marina con el de poner a flote la nave que estaba varada. 
 
- En el mismo caso, pero con ge o con jota, tenemos la de sumerjir y acosigar, con la peculiaridad de que la segunda, (bien dicha, es decir, acosijar, para expresar la idea de agobiar o atosigar) es propia de México y no de España
 
- A las que le faltaba alguna letra estaban la de acetunado, aquiscencia y sáncrito, aparte la de ventiuno, (esta postrera no tan fácil de detectar para personas poco versadas, porque por las que lo son casi nunca se escribe bien); y a las que le sobraba una, entreveer, bienafortunado y rehumático. (Eso sí, la inclusión en la prueba de las dos primeras podría considerarse en cierto modo capciosa, pues no es tan infrecuente oír a tertulianos supuestamente bien preparados decir preveer por ejemplo, en vez de prever, quizás por contaminación con la de proveer; y en cuanto a la idea que se quiere transmitir con el vocablo correcto, (bienfortunado, o sea, tener fortuna), porque se puede expresar perfectamente con las palabras bien y afortunado de forma separada). 
 
- Entre las que deben escribirse con hache inicial (que curiosamente no había ninguna más en la prueba) estaban la de alitosis o ecatombe, acerca de las cuales cabe añadir bien poco por ser relativamente conocidas, en especial la segunda, aunque ya menos la primera; en efecto, no es fácil escuchar a alguien que diga que tiene halitosis, al margen de que uno no ha encontrado sinónimo alguno de la palabra, que de hecho hiede (y nunca mejor dicho) a término médico.
 
- Sobre las relacionadas con la falta de tilde o acento ortográfico hay que hacer mención a la de aupa, palabra también poco empleada, salvo por los niños cuando quieren que los cojan en brazos; y a las que les sobraba, centígramo, azúa (como azua es una bebida alcohólica de maíz propia de Ecuador y Perú) y cián (sin tilde es una voz de origen inglés que ha empezado a sonar con el auge del tinte para impresoras en los ordenadores). Y, respecto a la de líbido, ¿se quería aludir a lívido (con tilde) o a libido (sin ella)
 
- Las palabras que supuestamente estaban mal escritas por el hecho de que tenían que estarlo en cursiva (hay que ser rebuscado, ¡rediez!, o ¡rediós! para ser coherentes con la prueba) eran:
- Apartheid, que al decir de la RAE es una voz afrikáans, (o variedad del neerlandés hablado en Sudáfrica), con el significado literal de separación;
- Byte, o voz inglesa (de hecho se uso se reduce prácticamente a la Informática), que sirve para designar la unidad de información compuesta generalmente de ocho bits, término este último, sin embargo, que el diccionario de la RAE no lo transcribe en cursiva;
- Paparazzi, sobre el que la RAE señala que es una voz italiana procedente del nombre propio Paparazzo, (un fotógrafo del filme La dolce vita), por cuya circunstancia deviene seguramente su aplicación a los fotógrafos de prensa que se dedican a hacer fotografías a los famosos sin su permiso;
- Remake, o voz también inglesa, perteneciente al género masculino, matiz que no es una chorrada destacarlo porque en la Argentina y en Uruguay su empleo es en femenino, y cuya traducción es la adaptación o nueva versión de una obra, especialmente de una película;
- y Spot, que asimismo es una voz de procedencia británica, que, aun cuando en apariencia puede ser la más simple, (quién no ha oído hablar alguna vez de los spots publicitarios), en realidad lo es menos, pues en el diccionario de la RAE tiene dos entradas, en la primera de las cuales su definición es la de anuncio o soporte en que se transmite un mensaje publicitario, en tanto que en la segunda (en su acortamiento de la palabra inglesa spotlight) se define como foco de luz potente y directa que se utiliza en fotografía, cine, teatro, etc., para iluminar una zona pequeña.

- Por último, si usted reside o es oriundo de Navarra o Aragón deberá saber que un ababol (que no avabol) es una persona distraída, simple, abobada; o si es de España oriental (uno nació en Valencia y no tenía ni pajolera idea), sabrá que así se conoce allí a la amapola. Por supuesto, si procede de la Asturias rural, estará en condiciones de decir que una cádava (y no una cádaba) es un tronco seco o chamuscado de árgoma o tojo.

El comentarista, en fin, propondría que al responsable de las oposiciones a policías, (que por fortuna ha sido cesado, bien es verdad que a petición propia, pues debiera haber sido destituido), sea nombrado académico de la RAE. Con él seguro aprenderemos todos ortografía; ¿o no?

domingo, 5 de marzo de 2017

DOÑA PERFECTA ORTOGRAFÍA

 La gramática y la ortografía son ciencias que estudian el lenguaje, bien es verdad que bajo aspectos diferentes. Porque, si la primera lo hace desde el punto de vista de la estructura de una lengua y de las diversas formas en que ha de organizarse cada unidad lingüística en la oración, la segunda se limita a establecer ciertas normas para escribir correctamente las palabras, pero sin analizar sus funciones en una determinada frase o enunciado; no en balde orto- como prefijo (o afijo que va antepuesto a la raíz) significa recto o correcto, cual ocurre por ejemplo en los términos ortodoncia, ortodoxia o en el de la propia ortografía.

  Pues bien. Estos días ha dado bastante que hablar en los medios de comunicación la prueba ortográfica a que fueron sometidos los aspirantes a ingresar en la escala básica del Cuerpo Nacional de Policía, que finalmente tuvo que ser anulada por el Ministerio del Interior ante las quejas recibidas de los aspirantes y a instancias del SUP (Sindicato Unificado de Policía, mayoritario en el cuerpo), por cuanto, en opinión de este, dicha prueba no evaluaba el nivel de competencia de los alumnos, ya que la selección de palabras del examen incluía términos que jamás se utilizan en la labor policial y algunas están totalmente en desuso, reservadas en todo caso a eruditos; o incluso más, diría uno, cual es fácil comprobarlo al final de este comentario. En efecto, la prueba ciertamente consistía en corregir en el plazo de ocho minutos qué palabras de un listado de cien estaban bien escritas y cuáles no. No se indica en la reseña cuántas palabrejas había que acertar para superar el examen, pero un servidor asegura que él no lo habría conseguido. ¿Y usted lo habría logrado?

  La cuestión no estribaba en saber si una determinada palabra se escribía con be o con uve, con con ge o con jota, con ka o con qu, con hache o sin ella, si debía o no llevar tilde, o si le faltaba o le sobraba una letra; no, la cuestión era saber cómo está escrita la susodicha palabra en el diccionario de la RAE. Así en concreto, de los 28 supuestos errores que había (que uno no va a señalar aquí, que lo haga quienquiera ad libitum) cinco de ellos lo eran porque tenían que estar escritos en cursiva (así como suena) al ser voces de otros idiomas; peroeccehomo”, por ejemplo, que aparecía transcrito tal cual, no lo era en cambio, a pesar de ser un vocablo compuesto claramente de los términos latinos ecce y homo. En otros casos podemos decir que las preguntas estaban formuladas con mala uva, bien porque el vocablo admite una u otra forma (casos de cóctel y coctel u ocapi y okapi), bien porque se trata de palabras homófonas u homónimas que tienen distinto significado pero grafía diferente, como ápodo y apodo, aun y aún, colera y cólera, chacha y chachá, ocupar y okupar o revólver y revolver. Y en el colmo del dislate estaba el supuesto de adsorber y absorbible, por cuanto los verbos adsorber y absorber están recogidos ambos en el diccionario con un matiz definitorio casi imperceptible, a saber: en física y química, dicho de un cuerpo, atraer y retener en su superficie moléculas o iones de otro cuerpo, por lo que respecta al primero; y, en cuanto al segundo en su primer acepción, dicho de una sustancia sólida o de un líquido, atraer y retener, respectivamente, un líquido o un gas o vapor. ¡Sencillamente genial!
   Las palabras, colocadas por orden alfabético, que no en el que se pusieron en el examen, (hagan juego, señores), en definitiva fueron estas

Abecé, Absceso, Absorbible, Abuso, Acetunado, Acosigar, Adsorber, Alitosis, Almóndiga, Angosto, Apartheid, Apepsia, Ápodo, Apotegma, Aquiscencia, Aruñar, Aun, Aupa,  Avabol, Azúa, Babucha, Bacallao, Bago, Bastetano, Berraco, Bes, Bienafortunado, Biquini, Bracmán, Bribión, Bróculi, Bum, Buniato, Byte, Cabaré, Cádaba, Cafelito, Carriño, Cascabel, Cayado, CD-ROM, Centígramo, Cerebración, Chachá, Chachachá, Champurrear, Cián, Cíngaro, Claraboya, Coctel, Colera, Conexivo, Converger, Damnificado, Decimoctavo, Desbarar, Diciente, Duunvirato, Ecatombe, Eccehomo, Enhebrar, Entreveer, Entreverar, Envudo, Euskara, Giva, Incubar, Líbido, Maléolo, Malhechor, Nailon, Neófito, Ocapi, Okupar, Ostión, Pábulo, Palacanca, Paparazzi, Posventa, Quincuagésimo, Rediós,  Regocijar, Rehuir, Rehumático, Reivindicar, Remake, Revolver, Rocanrol  Sáncrito, Sinvergüenzón, Soliviantar, Spot, Sumerjir, Unción, Vanal, Váter, Ventiuno, Yerbajo, Yuyo y Zarcillo.