miércoles, 24 de agosto de 2016

LATINAJOS O LATINISMOS

La prestigiosa empresa Rubio, editora de los famosos cuadernos didácticos, ha publicado recientemente las faltas ortográficas más comunes en las redes sociales, entre las que destaca la ausencia de tildes, la confusión entre a ver y haber (un clásico en palabras homófonas que se pronuncian igual pero se escriben de forma distinta), la omisión por completo de los signos de puntuación (confundiendo puntos con comas y viceversa), el mal uso de la letra hache (les da igual decir hechar de menos que echar de menos), el olvido de las mayúsculas en los nombres propios o en los inicios de frase, la utilización de la letra ka en lugar de la ce o la de la y griega en vez de la elle, el empleo de la forma en infinitivo de los verbos cuando se habla en imperativo, etc; no digamos nada del desconocimiento espectacular entre ¡Ay!, ahí y hay.

Pues bien, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, un servidor ha dedicado el presente comentario a algunos de los latinismos más usados –que en muchas ocasiones se convierten en latinajos–, haciendo abstracción del clásico urbi et orbi, al que se le dedicó unas líneas hace ya cierto tiempo. Y, como premisa previa, conviene señalar que, de acuerdo con las normas de la Ortografía de la Lengua Española, lo apropiado es que las locuciones latinas –todas las que se señalan a continuación lo son y figuran como frases hechas en el Diccionario de la RAE–, deben escribirse siempre en cursiva o, en todo caso, entre comillas.

- Grosso modo es una locución adverbial que, no hace falta decirlo, significa aproximadamente o a grandes rasgos. Obviamente no es adecuado escribir groso con una sola ese, pues la palabra latina grosso –del adjetivo de tres terminaciones grossus/a/um– se escribe con dos eses. Y, según aclara el Diccionario Panhispánico de Dudas, es incorrecto anteponer la preposición a, esto es, no debe decirse nunca a grosso modo. Por cierto, uno no comparte lo que se dice en Wikipedia de que estemos ante un sustantivo y un adverbio declinados en ablativo; no solo porque grosso es adjetivo y no sustantivo, sino porque el adverbio no se declina y, por lo tanto, parece más lógico suponer que modo –que en teoría podría ser adverbio también– en este caso es sustantivo, que se hace acompañar por un adjetivo, ya que, si no, este iría solo, lo cual no parece ser normal.
 
- Motu proprio es otra locución adverbial que literalmente significa con movimiento propio. Se usa con el sentido de voluntariamente o por propia iniciativa. Y, al decir de la Real Academia de la Lengua Española, ha de respetarse siempre la forma latina proprio para el segundo elemento, y no sustituirla por el adjetivo español propio. Y, al mismo tiempo señala la RAE, no es adecuado su empleo con preposición antepuesta, caso de por motu proprio o de motu proprio, por ejemplo.

- Stricto sensu, –o sensu stricto, que asimismo sería correcto–, es también una locución adverbial, empleada igualmente como locución adjetiva, que significa en sentido estricto o en sentido restringido. Se opone a lato sensu, –o sensu lato–, que significa en sentido lato o en sentido amplio. Ambas expresiones son muy utilizadas en ámbitos jurídicos, que en ocasiones aparecen abreviadas –s.s. o s.str. y l.s. o s.l.–, y se emplea cuando para una palabra, nombre o expresión son posibles dos interpretaciones y una de ellas abarca a la otra, para indicar que el término que acompaña debe interpretarse en el más estrecho o más amplio de sus significados. La RAE se encarga de aclarar que son erróneas las formas strictu sensu y stricto senso, como en su caso lo serían también las de latu sensu y lato senso.
 
- A sensu contrario, –o a contrario sensu–, es igualmente una locución adverbial que significa en sentido contrario, sobre la que el Diccionario Panhispánico de Dudas indica que es incorrecto su uso sin preposición, es decir, sensu contrario o contrario sensu sin más.

- Statu quo, por último, es una expresión latina que literalmente significa en el estado en que. Se emplea como locución nominal masculina con el sentido de estado de un asunto o cuestión en un momento determinado. Y, así como en plural debe permanecer invariable –los statu quo– , no es ortodoxa la forma status quo al decir del Diccionario Panhispánico de Dudas.
 
Pues mutatis mutandis que diría un latino, Roma locuta causa finita.
 
                                                                                                             Franciscus (Botín) dixit










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