Un servidor pensaba
tomarse un cierto tiempo más o menos prolongado de descanso sin
asomarse a su blog para no agobiar a los posibles
lectores, —perdón por
la pedantería en cuanto a eso de los lectores—,
pero hay ocasiones en las que uno no puede callarse porque, si no,
reventaría.
En la presente ocasión
toca hablar sobre el ex-presidente de la Junta de Andalucía, el
ínclito sr. Chaves, a quien vamos a darle el correspondiente ritón
de ojeras —perdón,
tirón de orejas, emulando a aquellos añorados guiñoles
de Canal Plus con sus famosos minolles—,
por esa palabreja que se ha inventado don Manuel al más puro estilo
de su colega de partido doña Bibiana Aido con sus ya célebres
miembras, que dio la vuelta al mundo para hazmerreír del
pópulo. Porque, no, no; no se lo han contado a uno, lo ha
visto y escuchado un servidor con sus mismos ojos y sus propios
oídos en un vídeo, donde hasta por cinco veces ha repetido el
palabro de nuevo cuño, lo cual no puede obviamente deberse a un
simple y ocasional desliz verbal o un lapsus linguae que diría
algún latino. Y, a propósito del latín, un servidor que tiene
sus contactos con la lengua del Lacio por aquello del
gregoriano, todavía no tiene claro si el vocablo quique, —y
todas aquellas palabras que llevan la sílaba que o qui,
porque evidentemente las que tienen la de qua, quo o quu,
(que también las hay, caso de loquuntur o sequuntur
por ejemplo), no revisten problemas—,
ha de pronunciarse como suena, es decir, igual que el sinónimo
de comadreja usado en América Meridional, o debe articularse como
cuicue.
Uno recuerda, pues es
algo mayor que él, que don Manuel ha sido Ministro de Trabajo y
Seguridad Social, presidente de la Junta de Andalucía, —cómo
olvidar la circunstancia si ha estado en el cargo cerca de diecinueve
años—, ministro de
Política Territorial y Administración Pública aparte de
Vicepresidente 3º del Gobierno en un viaje de ida y vuelta al
Consejo de Ministros, sin contar los puestos de responsabilidad que
ha copado en el PSOE. Vamos que, si se lo propone, llega a
alcanzar a nuestro hoy vilipendiado dictador en el ranking en
cuanto a puestos de poder. Y por los datos biográficos que ha
podido recoger un servidor en Wikipedia, ostenta, —que
es lo peor, a los efectos que nos ocupan—, el título de doctor
en Derecho del Trabajo y en su haber figura la de haber sido profesor
no numerario de la Universidad de Sevilla y titular de la Autónoma
de Bilbao y de la Córdoba. Es de esperar que su currículo
responda a la realidad y no le ocurra igual que a otros
compañeros de partido, como D. José Blanco (que empezó, pero no
terminó Derecho), D. José Montilla (que comenzó, pero que tampoco
acabó ni Derecho ni Económicas), D. Patxi López (que, aunque
iniciara Ingeniería Industrial, no la concluyó), D. Bernat Soria
(que no fue Decano de Facultad alguna, aunque lo pregonara él así),
Dña. Trinidad Jiménez (que suspendió por dos veces las
oposiciones a la carrera diplomática) y el caso más gráfico y
reciente, la política de moda Dña. Elena Valenciano, (que estudió
Derecho y Ciencias Políticas, abandonando ambas disciplinas porque,
al decir de ella misma, se aburría y ahora le da pereza
acabar).En fin, para qué
seguir.
Desde luego un servidor
da gracias a Dios por no
haberse topado con don Manuel como profesor, cosa que no
hubiera tenido nada de extraño por aquello de la vocación
tardía de uno en sus estudios de Derecho (que sí llegó a
terminar), lo cual viene a colación con el tema de este comentario,
porque hace muy pocas fechas don Manuel Chaves, en tres encuentros
distintos con la prensa, fue muy tajante con respecto a las
posibles responsabilidades de su Gobierno en Andalucía en el caso de
los ERE, a cuyo respecto dijo frases como éstas:
- Nunca, nunca, nunca
en mi Gobierno se llevó a cabo el diseño de ninguna operación
ilegal para que algunos pudieran delincuir (una
vez).
-Es de alucine que
alguien pueda pensar que alguien se metió en un cuarto oscuro para
inventarse una trama para delincuir
(bis).
- Nos nos metimos en
una habitación para pensar cómo podemos delincuir
(ter).
-Nadie se metió en
un cuarto oscuro para inventarse una trama para que otros pudieran
delincuir (quáter).
-No fue un
procedimiento para delincuir (y
cinco).
Como
comentó en su programa el intermedio el
Gran Wyoming, o Chaves está rodeado de pelotas que no se
atreven a corregirlo o es una forma de decirle a los jueces: “
Mirad si soy honesto que ni siquiera sé cómo se pronuncia esa
palabra”.
No
sabe uno, sr. Chaves, si habrá incurrido usted en algún delito en
el caso de los ERE, pero no cabe duda de que ha cometido un
pecado, y grave, contra la prosodia. Encendamos un cuincué.
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