domingo, 11 de mayo de 2014

SEÑOR CHAVES, NO DELINCUA, ¡HOMBRE!


Un servidor pensaba tomarse un cierto tiempo más o menos prolongado de descanso sin asomarse a su blog para no agobiar a los posibles lectores, perdón por la pedantería en cuanto a eso de los lectores—, pero hay ocasiones en las que uno no puede callarse porque, si no, reventaría. 
 
En la presente ocasión toca hablar sobre el ex-presidente de la Junta de Andalucía, el ínclito sr. Chaves, a quien vamos a darle el correspondiente ritón de ojeras perdón, tirón de orejas, emulando a aquellos añorados guiñoles de Canal Plus con sus famosos minolles, por esa palabreja que se ha inventado don Manuel al más puro estilo de su colega de partido doña Bibiana Aido con sus ya célebres miembras, que dio la vuelta al mundo para hazmerreír del pópulo. Porque, no, no; no se lo han contado a uno, lo ha visto y escuchado un servidor con sus mismos ojos y sus propios oídos en un vídeo, donde hasta por cinco veces ha repetido el palabro de nuevo cuño, lo cual no puede obviamente deberse a un simple y ocasional desliz verbal o un lapsus linguae que diría algún latino. Y, a propósito del latín, un servidor que tiene sus contactos con la lengua del Lacio por aquello del gregoriano, todavía no tiene claro si el vocablo quique, y todas aquellas palabras que llevan la sílaba que o qui, porque evidentemente las que tienen la de qua, quo o quu, (que también las hay, caso de loquuntur o sequuntur por ejemplo), no revisten problemas—, ha de pronunciarse como suena, es decir, igual que el sinónimo de comadreja usado en América Meridional, o debe articularse como cuicue.

Uno recuerda, pues es algo mayor que él, que don Manuel ha sido Ministro de Trabajo y Seguridad Social, presidente de la Junta de Andalucía, cómo olvidar la circunstancia si ha estado en el cargo cerca de diecinueve años, ministro de Política Territorial y Administración Pública aparte de Vicepresidente 3º del Gobierno en un viaje de ida y vuelta al Consejo de Ministros, sin contar los puestos de responsabilidad que ha copado en el PSOE. Vamos que, si se lo propone, llega a alcanzar a nuestro hoy vilipendiado dictador en el ranking en cuanto a puestos de poder. Y por los datos biográficos que ha podido recoger un servidor en Wikipedia, ostenta, —que es lo peor, a los efectos que nos ocupan—, el título de doctor en Derecho del Trabajo y en su haber figura la de haber sido profesor no numerario de la Universidad de Sevilla y titular de la Autónoma de Bilbao y de la Córdoba. Es de esperar que su currículo responda a la realidad y no le ocurra igual que a otros compañeros de partido, como D. José Blanco (que empezó, pero no terminó Derecho), D. José Montilla (que comenzó, pero que tampoco acabó ni Derecho ni Económicas), D. Patxi López (que, aunque iniciara Ingeniería Industrial, no la concluyó), D. Bernat Soria (que no fue Decano de Facultad alguna, aunque lo pregonara él así), Dña. Trinidad Jiménez (que suspendió por dos veces las oposiciones a la carrera diplomática) y el caso más gráfico y reciente, la política de moda Dña. Elena Valenciano, (que estudió Derecho y Ciencias Políticas, abandonando ambas disciplinas porque, al decir de ella misma, se aburría y ahora le da pereza acabar).En fin, para qué seguir.

Desde luego un servidor da gracias a Dios por no haberse topado con don Manuel como profesor, cosa que no hubiera tenido nada de extraño por aquello de la vocación tardía de uno en sus estudios de Derecho (que sí llegó a terminar), lo cual viene a colación con el tema de este comentario, porque hace muy pocas fechas don Manuel Chaves, en tres encuentros distintos con la prensa, fue muy tajante con respecto a las posibles responsabilidades de su Gobierno en Andalucía en el caso de los ERE, a cuyo respecto dijo frases como éstas:

- Nunca, nunca, nunca en mi Gobierno se llevó a cabo el diseño de ninguna operación ilegal para que algunos pudieran delincuir (una vez).

-Es de alucine que alguien pueda pensar que alguien se metió en un cuarto oscuro para inventarse una trama para delincuir (bis).
- Nos nos metimos en una habitación para pensar cómo podemos delincuir (ter).
-Nadie se metió en un cuarto oscuro para inventarse una trama para que otros pudieran delincuir (quáter).
-No fue un procedimiento para delincuir (y cinco).
Como comentó en su programa el intermedio el Gran Wyoming, o Chaves está rodeado de pelotas que no se atreven a corregirlo o es una forma de decirle a los jueces: “ Mirad si soy honesto que ni siquiera sé cómo se pronuncia esa palabra”.

No sabe uno, sr. Chaves, si habrá incurrido usted en algún delito en el caso de los ERE, pero no cabe duda de que ha cometido un pecado, y grave, contra la prosodia. Encendamos un cuincué.

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