domingo, 27 de agosto de 2017

AHORA TOCA HABLAR DE FÚTBOL

  Como todos los años, al llegar el mes de setiembre o incluso antes, se impone hablar de fútbol, o futbol, pues ambas formas están recogidas en el diccionario de la RAE, igual que la de balompié, término este último que es un calco de la palabra inglesa football, que en su correcta pronunciación es la génesis de las dos primeras y que, al estar españolizadas, ya no son anglicismos. Y es que este juego, pues en definitiva no deja de ser un juego con categoría de deporte, tiempo ha fue bautizado con el sobrenombre de deporte rey, ya que en estos momentos es sin duda el más popular del mundo; no en balde se calcula que lo practican en torno a los doscientos setenta millones de personas.

  Es curioso recordar que otrora, en tiempos de la dictadura, se decía por los entendidos de turno que el Gobierno ponía fútbol en la tele, gratis eso sí, para que el pueblo no hablase de otra cosa, sobre todo de política. Pero aquello provoca hoy la hilaridad cuando no la carcajada, porque ahora, con la democracia, de una u otra forma tenemos fútbol hasta en la sopa hablando en términos coloquiales, o sea, un día sí y otro también; y a veces por partida doble, triple, cuádruple o las que sean. Hace unos años había fútbol televisado los sábados y los domingos, y algunos miércoles con la Copa del Generalísimo (hoy Copa del Rey), pero luego el fenómeno televisivo se extendió a los martes y los jueves también por mor de la Copa de Europa (hoy UEFA Champions League), la Copa de la UEFA (en la actualidad UEFA Europa League y antes Copa de Ferias), o partidos tanto oficiales como amistosos de la selección española. Esta última temporada, por ejemplo, ha habido semanas en que no ha fallado el fútbol ni un solo día, lunes y viernes incluidos, (en las primeras jornadas de esta sin ir más lejos ya hay programados partidos para esos dos días), que eran los que faltaban por sumarse a la fiesta, o para completar el duro que diría un castizo. Y, hablando de temporadas (la futbolística, por supuesto), ya ni siquiera existe periodo de transición entre la anterior y la siguiente; porque todos los años aquella oficialmente siempre terminaba, y sigue terminando, a finales de junio, pero ahora prácticamente se empalma una con otra por aquello de las International Cups, las Audi Cups y todas las demás Cups (tan de moda en China, en Japón o en EE.UU, viejo Continente aparte) y las eliminatorias previas de Champions y de Europa League que empiezan en el mes de julio, sin olvidar los trofeos veraniegos (Carranza, Colombino, Costa del Sol, Joan Gamper, Santiago Bernabéu, Teresa Herrera, etc., por ejemplo), hoy ciertamente venidos a menos.

  Pero a lo que iba uno es que todas las temporadas, normalmente a comienzo de la misma, el Comité Técnico de Árbitros (C.T.A.) de la Real Federación Española de Fútbol, que desde el 15 de marzo de 1993 preside el orondo Don Victoriano Sánchez Arminio (1), emite alguna circular sobre cómo los colegiados deben interpretar las reglas de juego. (Vaya por delante que lo de Don escrito tal cualya que debe escribirse, dicho sea de paso, o D. o don, según la RAEse lo atribuye además él a sí mismo en la antefirma de la circular, cuando lo suyo es que el tratamiento se lo den a uno los demás, con lo cual está dicho todo sobre el nivel cultural y la categoría del personaje). Y este año el C.T.A. ha publicado la Circular nº 3 como corolario de las conclusiones técnicas de las Jornadas Arbitrales que han tenido lugar durante los meses de julio y agosto en Santander (2), a las que han asistido los árbitros y árbitros asistentes de 1ª y 2ª División, árbitros de 2ª División "B", árbitras y árbitras asistentes femeninas de 1ª División. (Hay que subrayar por cierto que, si la voz árbitra es ya de por sí femenina, la aclaración del género que se añade al sustantivo es obviamente redundante, con lo cual huelga también cualquier comentario adicional).

  Pues bien, en dicha circular se señala que afecta a tres conceptos de interpretación. Y a uno le ha llamado poderosamente la atención el que alude al fuera de juego (los otros dos se refieren a las manos deliberadas y a la ocasión manifiesta de gol, que no hacen al caso aquí por ofrecer menos problemas de asimilación), porque textualmente dice así: Un jugador en posición de fuera de juego en el momento en que el balón toca o es jugado por un compañero de equipo será sancionado únicamente si llega a participar de forma activa de una de las siguientes maneras: a) interviniendo en el juego, al jugar o tocar el balón pasado o tocado por un compañero; b) interfiriendo en un adversario al impedir que juegue o pueda jugar el balón, al obstruir claramente el campo visual del adversario o disputarle el balón o intentar jugar claramente un balón que esté cerca de él, y esta acción tenga un impacto en un adversario o realizar una acción que afecte claramente a la capacidad de un adversario de jugar el balón; o c) ganando ventaja de dicha posición jugando el balón o interfiriendo en un adversario cuando el balón haya sido desviado o haya rebotado en un poste, en el travesaño, en un miembro del equipo arbitral o en un adversario mediante una “salvada” deliberada de un adversario (3). Y se entiende por “salvada” (no en el diccionario de la RAE, que no la define, sino en la propia circular) como una acción realizada por un jugador con el fin de detener o desviar, o intentar detener o desviar, el balón que va en dirección a la portería o muy cerca de ella con cualquier parte del cuerpo excepto con las manos/brazos, a menos que sea el guardameta en su propia área de penalti (3). Por cierto, en una especie de introducción que se hace a comienzo de dicha circular se dice que en el off-side utilizamos el verbo ”invadir o evadir” para determinar cuándo un jugador puede interferir en el campo visual de un adversario al “invadir” su radio de acción interfiriendo en sus movimientos invadiendo el espacio, que dificulte la maniobra o los movimientos del defensa o el campo visual del oponente. (¡Toma ya!, porque para más inri dichos verbos no aparecen después por ningún lado en el texto de la circular).

  El comentarista, que hace algunos años solía ver fútbol in situ en el propio estadio o campo de juego (en estos momentos tan solo lo hace por televisión, si bien no ve todos los partidos para evitar que se le pueda atrofiar el cerebro como a un Don Quijote cualquiera, mutando claro los libros de caballería por la pequeña pantalla, que cada vez es menos pequeña) y que, por ende, tenía una ligera noción de lo que era un fuera de juego (4), ahora ya tiene sus dudas sobre la cuestión. Y se le ocurre preguntar a los árbitros, y a las árbitras también, si la circular de referencia acerca de lo que deben sancionar como infracción, en especial el mencionado anteriormente como punto b) y en la aclaración posterior relacionados con ese lance del juego, les habrá clarificado las ideas; a uno desde luego que no y no está tampoco en condiciones de asegurar que la formación académica de todos los colegiados (5), o colegiadas, bien es verdad que algunos, o algunas, sí la tienen, les permita interpretarla adecuadamente.

(1) Fue nombrado a dedo por el suspendido presidente de la Federación Española de Fútbol, a quien lógicamente ha defendido a ultranza en sus problemas con la justicia, diciendo cosas como que ni a un terrorista se le trata como a él, que en este país crucificamos a quien sea, o que pone la mano en el fuego por Villar totalmente.
(2) El sr. Sánchez Arminio es cántabro.
(3) El subrayado, las comillas y las letras en negrita no son del comentarista, figuran así en la propia circular.
(4). En la Regla 11 del Reglamento se dice que se produce la situación de fuera de juego cuando un jugador se encuentra más cerca de la línea de meta opuesta que el balón y el penúltimo adversario, lo que quiere decir que el jugador se encuentra más adelantado que todos los jugadores oponentes menos uno, que suele ser el portero oponente
(5) El presidente del C.T.A., firmante de la circular, trabajaba como representante de la empresa alimenticia Kraf



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