Uno recuerda que de
joven, hace ya bastantes años por cierto, cuando alguien cogía el
autobús para desplazarse al centro de la ciudad desde su barriada de
residencia, solía decir que iba a Málaga, como si Huelin,
-porque hablo de este barrio en concreto-, fuera un núcleo urbano
distinto al de la capital. Y esto mismo, que a uno le llamaba
poderosamente la atención y le sonaba un tanto raro, me pasa en la
actualidad cuando oigo hablar al president de la Generalitat,
-podría predicarse también de cualesquier otros
separatistófilos, sean del del País Vasco o de donde sean-,
al referirse a España casi con cierto desdén y desprecio, cual si
estuvieran aludiendo a una nación extranjera. Porque, vamos a ver,
sr. Mas; del Estado español, -o de la Nación española como pregona
la Constitución, que es única, no en el sentido de singular
obviamente, sino en el de que es común para todos, incluido Ud.-,
forman parte todas y cada una de las distintas regiones y
nacionalidades que lo integran, incluyendo la suya.
Aún recuerdo, -por no
entrar en antecedentes históricos más remotos-, y he podido
comprobar ahora en la Enciclopedia Edelvives o en la Dalmau Carles,
que aún conservo, -catalana, por cierto, ésta última-, que en la
anterior división territorial de España en 49 provincias Cataluña
era una de sus regiones, bien es verdad que el nombre de
región como tal no aparecía en la reforma de D.
Javier de Burgos (1). Y no está mal recordarle
al Sr. Mas que, tras la Constitución de 1978,
en que España se vertebró en 17 comunidades autónomas, -aparte de
las ciudades, autónomas también, de Ceuta y Melilla, segregadas de
las provincias de Cádiz y Málaga respectivamente-, una de
las regiones que no han cambiado su configuración ha sido
Cataluña, junto a Andalucía, Aragón, Principado de Asturias (2),
Extremadura, Comunidad Foral de Navarra, Comunidad Valenciana, Islas
Baleares (3) y Canarias (4).
Porque otras, en cambio, sí sufrieron algún
cambio respecto a aquella división primigenia. Así, por ejemplo,
las provincias de Zamora, Salamanca y León, -que conformaban una
región
bajo el nomen de
ésta última-, pasaron a integrarse en la nueva Comunidad Autónoma
de Castilla y León; las provincias de Santander y Logroño se
desmembraron de la región
de Castilla la Vieja, formando las Comunidades Autónomas de
Cantabria y La Rioja (5);
la región
de Castilla la Nueva pasó denominarse Castilla-la Mancha, de la que
se segregó la provincia de Madrid, -por constituirse en Comunidad
Autónoma propia-, y a la que se añadió la provincia de Albacete,
que a su vez abandonó
la región
de Murcia. La única modificación de Cataluña fue la del
nomenclátor
de las provincias de Gerona y Lérida, que pasaron a denominarse
Girona y
Lleida por
mor de la la Ley 2/1992, de 28 de febrero; como ocurrió en Galicia
con La Coruña y Orense (6).
Las Provincias Vascongadas,
de las nunca se habló como región, hoy día se conocen como Euskadi
o País Vasco.
Por lo tanto, Cataluña
de momento sigue perteneciendo a España, lo quieran o no Don
Arturo, -sí, Don Arturo, para que se chinche-, y sus
adláteres. Y, si les apetece, que inicien los trámites
legales para su independización, -que ya no debe
considerarse ningún palabro, al figurar en el avance de la 23ª
edición del Diccionario de la RAE-, pero hasta entonces que no
hagan alusión a España como algo que les es ajeno. Lo dice y
suscribe un andaluz, que se considera español a mucha honra.
(1)
La Andalucía
(sic),
que comprende los reinos de Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla, se
divide en las provincias de Córdoba, Jaén, Granada, Almería,
Málaga, Sevilla, Cádiz y Huelva. El de Aragón
se divide en las provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel. El
principado de Asturias
forma la provincia de Oviedo. Castilla
la Nueva
continúa dividida en las provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real,
Cuenca y Guadalajara. Castilla
la Vieja
se divide en las provincias de: Burgos, Valladolid, Palencia, Ávila,
Segovia, Soria, Logroño y Santander. Cataluña
se divide las provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona.
Extremadura
se divide en las de Badajoz y Cáceres. Galicia
en las de Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra. El reino de León
en las de León, Salamanca y Zamora. El de Murcia
en las de Murcia y Albacete. El de Valencia
en las de Valencia, Alicante y Castellón de la Plana. Pamplona,
Vitoria, Bilbao y San Sebastián son las capitales de las provincias
de Navarra, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa., Palma la de las Islas
Baleares
y Santa Cruz de Tenerife la de las Islas
Canarias.
(R. D.de 30 de noviembre de 1833, Gaceta de Madrid núm. 154 de 3 de
diciembre).
(2) Por Ley 1/1983, de 5 de abril, la
provincia de Oviedo pasó a denominarse provincia de Asturias,
manteniéndose el nombre de Oviedo para la capital. Una Orden de Juan
I de Castilla de 1388 la había transformado en Principado.
(3)
Por Ley 13/1997, de 25 de abril, la provincia de Palma de Mallorca
pasó a llamarse provincia
de Illes Balears.
(4)
Por Real Decreto de 21 de septiembre de 1927 el archipiélago
canario se produjo la división en las provincias de Las Palmas y
Santa Cruz de Tenerife, con lo que se aumentaron a 50 las provincias.
(5) Por Ley de 15 de noviembre de
1980 la provincia de Logroño cambió su denominación por la de
provincia de La
Rioja manteniendo
el nombre de Logroño para su capital. .
(6)
Por Ley de 3 de marzo de 1998 las provincias de La Coruña y Orense
pasaron a llamarse A
Coruña y Ourense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario