jueves, 9 de octubre de 2014

¿EL OTRO ARTE O LA OTRA ARTE?

Quisiera recordar aquí la anécdota de aquel dirigente político que, con motivo de haber dado instrucciones a su secretaria para que convocara a los miembros de su partido a una reunión para un determinado jueves, aquélla le peguntó si tal día de la semana se escribía con b o con v; y éste, que tampoco estaba muy puesto en ortografía, le respondió: “Bueno, cítelos para el miércoles”. 

Viene esto a cuento porque hace poco, encontrándose un servidor corrigiendo un libro de un compañero, se topó con la locución el otro arte; y, al tener uno sus dudas sobre si era correcto expresarlo así o consignar la otra arte, optó por cambiar la frase por otra distinta. Eso sí, a renglón seguido un servidor tuvo la preocupación de consultar la cuestión en el Diccionario Panhispánico de Dudas, que para eso está, Y, como sea además, que comentando el tema en un círculo reducido de amigos, no todos lo tenían del todo claro, es por lo que uno se ha animado a pergeñar el presente comentario, que en puridad se reduce a reflejar lo que dice la RAE al respecto. 

El artículo femenino la toma obligatoriamente la forma el cuando se antepone a sustantivos femeninos que comienzan por a o ha tónica con muy pocas excepciones; así, decimos el águila, el aula o el hacha (y no la águila, la aula o la hacha). . Aunque esta forma es idéntica a la del artículo masculino, en realidad se trata, en estos casos, de una variante formal del artículo femenino. El uso de la forma el ante nombres femeninos solo se da cuando el artículo precede inmediatamente al sustantivo, y no cuando entre ambos se interpone otro elemento: el agua fría, pero la mejor agua; el hacha del leñador, pero la afilada hacha. En la lengua actual, este fenómeno únicamente se produce ante sustantivos, y no ante adjetivos; así, aunque en la lengua medieval y clásica eran normales secuencias como el alta hierba o el alta cumbre, hoy diríamos la alta hierba o la alta cumbre. Incluso si se elide el sustantivo, sigue usándose ante el adjetivo la forma la: la Europa húmeda no tiene necesidad de irrigación, mientras que la árida, como España, está obligada a hacer obras. Y ante sustantivos que comienzan por a átona se usa hoy tan solo la forma la: la amapola, la habitación. Ha de evitarse, por tanto, el error frecuente de utilizar la forma el del artículo ante los derivados de sustantivos femeninos que comienzan por a tónica, cuando esa forma derivada ya no lleva el acento en la a inicial; así, debe decirse, por ejemplo, la agüita, y no el agüita. Este mismo error debe evitarse en el caso de sustantivos femeninos compuestos que comienzan por a átona, pero cuyo primer elemento, como palabra independiente, comienza por a tónica; así, por ejemplo, debe decirse la aguamarina, y no el aguamarina. 
 
La fuerte asociación, sigue diciendo la RAE, que los hablantes establecen entre la forma el del artículo y el género masculino —unida al hecho de la apócope frecuente de las formas femeninas del indefinido uno y sus compuestos alguno y ninguno ante sustantivos femeninos que comienzan por a tónica: un alma, algún hada, ningún arma (uno, alguno, ninguno)— provoca, por contagio, que se cometa a menudo la incorrección de utilizar las formas masculinas de los demostrativos este, ese y aquel delante de este tipo de sustantivos: este agua, ese hacha, aquel águila, cuando debe decirse esta agua, esa hacha, aquella águila. El contagio se extiende, en el habla descuidada, a otro tipo de adjetivos determinativos, como todo, mucho, poco, otro, etc.: Desde que nacemos estamos con mucho hambre» en lugar de mucha hambre; El balón viajó por todo el área, en lugar de toda el área; Había poco agua, en lugar de poca agua. Hay que tener presente que el empleo de la forma el del artículo no convierte en masculinos estos sustantivos, que siguen siendo femeninos y, por consiguiente, exigen la concordancia en femenino de los adjetivos a ellos referidos; así pues, debe decirse el águila majestuosa (y no el águila majestuoso), el acta constitutiva (y no el acta constitutivo), etc. El uso erróneo de la forma masculina del adjetivo es más frecuente, pero igualmente inadmisible, cuando el adjetivo va antepuesto al sustantivo, como en los niños pueden distinguir integrar cualquier diferencia fonética en un único área del cerebro, pues debió decirse en una única área del cerebro.

Hay algunas excepciones al uso de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que comienzan por a tónica. El ejemplo más claro está en el uso de los nombres de las letras a, hache y alfa, a saber: La p con la a, pa; la hache es muda; o apretando estas tres teclas se obtiene la alfa con iota suscrita. Igualmente ante los nombres propios de mujer, cuando llevan artículo como en la Ana de los días gloriosos, y ante las siglas, cuando el núcleo de la denominación no abreviada (normalmente, la palabra representada por la primera letra de la sigla) es un sustantivo femenino que no comienza por a tónica: La APA ha tomado esta decisión, ya que asociación es un sustantivo femenino cuya a inicial es átona.
Hay otras excepciones, pero a qué seguir. Lo importante es que haya quedado claro, para un servidor lo está si debemos decir o escribir el otro arte o la otra arte.

3 comentarios:

  1. Ufff, me leí todo el artículo para encontrarme con la sorpresa que no establece cuál es la forma correcta sino que termina con una pregunta; :( ahora tendré que leerlo otras tres veces a ver si doy con la verdad.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias.
    Me resultó muy útil.
    Mucha arte tiene usted escribiendo. Ja ja ja

    ResponderEliminar
  3. Querido Eduardo: te felicito por haber leído todo el artículo.
    No termina con una pregunta y sí que establece la forma correcta.
    No te preocupes si no la has visto a la primera, la mayoría de los periodistas que escriben o hablan en medios importantes tampoco lo tienen claro.
    Tú al menos le has prestado atención cosa que ellos no hacen o no saben hacer.

    ResponderEliminar